domingo, 27 de febrero de 2011

Capítulo 4 parte 2

El jardín estaba completamente diferente. El pasto, a pesar de seguir estando seco, ya tenía manchas verdes en algunas partes, donde la vegetación ya empezaba a recuperarse.
—¿Cómo es que lo lograste? —le pregunté a Derek, atónita.
Se echó a reír y negó con la cabeza.
—Las muchachas que trabajan aquí han estado regando todo esto constantemente desde el día en que nos mudamos, pero desde la semana pasada dejaron de hacerlo ellas. Ahora hay regaderas instaladas y funcionando que se ponen en marcha como a las diez de la noche, según tengo entendido.
Me quedé boquiabierta, más sorprendida de no haberme dado cuenta de que el jardín había cambiado tanto   que del cambio en sí. Derek me miró sonriente, se acercó a mí y me susurró al oído:
—Ahora eres mi esclava por una semana… —Se echó a reír de nuevo—. También estaré esperando por tu regalo—completó con voz alegre—. A partir del sábado comienza tu semana de esclavitud, mientras tendrás todo este tiempo para conseguirme algo bueno, incluso puedes hacer algo con tus propias manos si te hacen falta recursos económicos…
Y dicho todo esto, sin dejar de sonreír, se dio media vuelta hacia el interior de la mansión y se retiró. Respiré profundo y seguí caminando por el jardín. En realidad me agradaba el aire fresco que circulaba alrededor de la mansión. Necesitaba ese respiro, despejaba mi mente.
Empezaba a darme cuenta de que. A pesar de no estar pensando en nada conscientemente, sentía mi cabeza atestada de cosas, como estuviera a punto de explotar, sin embargo, cuando el tema de Jack y Rose, y el misterio que representaban, se dirigían a la lucidez de mi mente, sentía como si todo aquel apretujado pensamiento inconsciente se relajara.
Pensando, di vueltas por el enorme jardín, observando las estatuas que ahí se encontraban. A pesar de tener todo muy presente en mi mente y darle vueltas a hasta ser fastidioso, no podía salir de las mismas preguntas. Las respuestas estaban detrás de un manto de niebla que bloqueaba todo, sin permitirme ver con claridad. Era como chocar contra un muro de desconocimiento.
Caminaba automáticamente, ya sin ver la estatuas del jardín, más bien perdida en la neblina de mi mente, buscando aún las respuestas de preguntas que no tenían ni pies ni cabeza, pero de repente me encontré con una luz que me trajo de vuelta al presente del jardín, algo que llamó mi atención…
Me encontré con una estatua antigua que tenía la forma de un hermoso ángel.
El sufrimiento que representaba la cara de la estatua era casi tangible, algo inexplicable. Tenía una expresión seria, pensante… pero a pesar de la frialdad del rostro que parecía a simple vista carente de emociones, sentía un sufrimiento tremendo, un sufrimiento oculto.
Las alas del ángel, el torso con el cuerpo desnudo, todo era imponente, pero no dejaba de ser una estatua que por alguna razón me había regresado al presente después de haber estado perdida en mi bruma mental…
Respiré muy profundo, frustrada, y me senté a los pies de la estatua, recargando mi espalda contra la base. Miré el cielo. En realidad era un día soleado con cielo azul, pero la gigantesca estructura de la mansión proporcionaba sombra al lugar en donde yo me encontraba.
De repente Derek invadió mi mente, él y su regalo. Si de verdad pensaba que iba a cumplir la parte de ser su esclava por toda una semana estaba completamente equivocado, pero al menos le daría el regalo… aunque no tenía idea de qué le daría. Quizá era una buena idea preguntarle al mismo Derek qué era lo que le gustaría de regalo, y mientras lo hacía también podía informarle que no tenía intenciones de obedecerlo ni durante una semana ni nunca.
Cerré los ojos y me relajé con mis pensamientos viajando en torno a Derek. Siempre que pensaba en él, era como si hablara con Annette (no me acuerdo en qué capi sale ^^, pero es la amiga de su madre con la que viven durante un tiempo cuando Estela está en el psiquiátrico, por si no recuerdan… :P ), como si supiera que todo iba a terminar bien. Él tenía ese cierto efecto tranquilizante en mí y me agradaba sentirme así… aunque por otro lado también era un chiquillo desesperante. Como un hermanito.
Me empecé a quedar dormida allí, con la espalda pegada a la fría base de la estatua. Pronto estuve rodeada por la oscuridad de mis sueños…

Me encontraba en un lugar apenas iluminado por una tenue luz, que parecía no venir de ninguna parte. Estaba sentada en un cómodo sillón de terciopelo, no podía ver el color, pero podía sentir la textura bajo la piel de mis brazos y mis manos. Miré alrededor y encontré una chimenea encendida con pequeñas brazas de fuego, que era de donde parecía provenir la luz tenue de la habitación. Era un lugar muy frío. Podía vislumbrar los contornos de los muebles que se hallaban allí, parecía ser una biblioteca, pero no había estado en ningún lugar así antes. Intenté levantarme del sillón, pero entonces me di cuenta de que me sentía exhausta, incluso el aliento me fallaba, como si hubiese estado corriendo, aunque los músculos no me dolían, sólo sentía un extremoso cansancio. Aún sintiéndome así, volví a intentar levantarme.
—No lo intentes, no podrás hacerlo —dijo una voz suave y aterciopelada detrás de mí, sobresaltándome. El sonido de uno pasos me rodeó y posteriormente una silueta se dibujó delante de mí.
—¿Dónde estoy y quien eres tú? —pregunté con la frialdad y dureza que apenas me permitían los jadeos, pero sin mostrar una pizca de mi creciente temor.
—¿Qué? ¿A caso no reconoces el sonido de mi voz, Rox?
—¿Rox? No sé de qué hablas, pero esto no me gusta nada —le contesté. No entendía qué era lo que estaba pasando, no entendía en lo absoluto. ¿Seguí soñando?
—Quiero que me digas tu secreto, Rox. ¿Cómo lo lograste, como no desapareciste? —demandó la voz.
—No te entiendo para nada… ¡Y enciende las luces! ¿Quién diablos eres, cabrón? —dije, perdiendo la paciencia y la compostura.
—¿Quieres verme? —preguntó después de un silencio corto, con una voz divertida que me heló la sangre.
—Sí —contesté ruda.
Entonces, la luz se hizo más fuerte en el cuarto, volviéndolo todo blanco. Seguí en la misma silla, pero la habitación había desaparecido. Me encontraba en un lugar totalmente blanco, que no parecía tener ni fin ni principio. Cerré los ojos un momento, ya que la luminosidad había lastimado mi visión… y cuando mis pupilas al fin se ajustaron a la claridad, pude ver al joven que se paraba delante de mí. Un joven alto, de piel blanca y de cabellos color miel.
Por alguna razón, su visión me robó el aliento. Me sentí más cansada que nunca, pensé que iba a desmayarme en ese momento. El joven se acercó y se arrodilló frente a mí.
—¿Me reconoces, Rox? —preguntó. Se inclinó hacia adelante; sus ojos verdes me recordaban a los de Jack cuando me daba más miedo.
Reparé en que su cara estaba a centímetros de la mía, nuestro alientos se mesclaban, su respiración acompasada y sus agitado jadeos…
—¿Me reconoces? —aquella mirada pétrea con la que me atravesaba, se dulcificó al acercar más su rostro al mío y acariciar con la punta de su nariz mis mejillas.
Cerré los ojos y un repentino temblor apareció en mi estómago: miedo, adrenalina y electricidad, todo mezclado. Negué con la cabeza, sintiendo que mi estado de conciencia no duraría mucho más, el cansancio empezaba a hacer estragos conmigo y creía que me desmayaría.
—Yo a ti sí te recuerdo, aún hay algo de púrpura en tus ojos —contestó él, moviendo sus labios contra la piel de mi barbilla mientras hablaba.
Era la primera vez que tenía a un chico tan cerca —ni siquiera había tenido tan cerca a mi hermano— y, sin embargo, no me sentía nerviosa más que por el hecho de no saber en dónde me hallaba; un hecho que estaba empezando a olvidar.
—Max… —mi garganta soltó aquello en un susurro, por sí sola y sin que yo lo ordenara. Él se echó a reír repentinamente.
—No era el nombre que esperaba, pero no me quejo —dijo, y después sus labios subieron hasta los míos y los besaron con pasión, con anhelo y con urgencia.
Una de mis manos apenas tuvo fuerzas para subir a su cabeza y enredarse en su pelo para acercarlo a mí, mientras uno de sus brazos rodeaba mi cintura y me apretaba contra él… Pero, aquel beso —mi primer beso—, acabó con mis energías. En ese momento, me desmayé…

4 comentarios:

  1. Hola =D por cosas de la vidu xD me tropece con tu blog .
    La historia esta muy buena *-*!
    la lei toda en un instante x3
    espero el siguiente capi!!!!!

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  2. :O hey, gracias! jaja XD
    la verdad es que está temporalmente pausada ^^' pero haré lo posible para actualizar en vacaciones! prometido :)

    un beso y gracias por comentar XD

    atte. Ale Gorrito :3

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  3. jaja no soy la unica que no cumple sus promesas... creo que sigue temporalmente pausada y quiero saber maaaas!! quien es "Max" y "Rox" (por que no elegiste un nombre más dulce?) jejejejeje... porfavooor Ale-chan siguelo y si te perdono!! o dime cual es la historia que no está pausada :S

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  4. jjajaajajjajaja lo haré un día ^^'
    sobre el nombre dulce... jaajajjaajajjaa no podía ser dulce! xD ya sabrás por qué, pero como adelanto, el nombre completo es Roxanne ;)

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